campiña ecijana

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viernes, 7 de septiembre de 2018

Si ves algo... no lo pongas en el "curriculum"


Mirando a la vida y cavilando
           Ante mi ventana, la que a modo de palco, observatorio o mirador mantengo siempre abierta de par en par; sentado y con los brazos apoyados sobre el pretil, atentamente y concentrado observo desde mi mundo a la vida.
          Por la curiosidad que siempre me movió en saber o entender el porqué de todo aquello que me rodea, hice de mi persona un soñador contemplativo casi de “oficio”, llegando en ocasiones a un misticismo en lo espiritual o idealista y en pro de una aceptable honestidad como telón de fondo en mí existencia y que sin pretensiones de ser entendido (me doy por vencido, yo tampoco entiendo casi a nadie) solo me mueve mi forma de ser, que es la de aprender mirando y escuchando;  más no pretendo ni quisiera ser un fisgón indiscreto o un impertinente metomentodo. Solo procuro poner el interés en aquello que de alguna forma me sirve de algo, me pertenece o me afecta, cada uno en su casa y Dios en la de todos.
          Con la insistencia y a través de los años, me doy cuenta de cuánto se ve de cambiado todo y me queda la duda si soy yo quien más ha dejado de ser parte de lo que era, o es el mundo que me rodea el que no para de dar tumbos. Han llegado muchas ilusiones con las que no contaba (las cosas más simples y cercanas) pero al mismo tiempo, mucho de todo aquello grandilocuente e impresionante, serio, respetable y venerable en lo que muchos de tus mayores y la sociedad te orientaba a seguir, se ha ido desmoronando por falta de consistencia y porque llegado el momento no ha resistido un análisis medianamente serio. Todo o casi todo son intereses y anda basado en la mentira y el engaño; el egoísmo predomina y hay demasiados profesionales en el embuste. Medio mundo come y se ríe del otro medio.
           Mientras uno intenta superar obstáculos y salvar entorpecimientos como en una yincana, la habilidad de tantos que se erigen, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo en llevarte a su terreno “por tu bien” y el de la sociedad y porque tienen el “mando” asignado casi de forma divina, te supera y arroya y, con las normas del juego llenas de “trampas legalizadas”, está asegurado el perder.
          No sé calibrar cuanto de diferencia hay entre los tiempos y las cosas, pero dudo que nunca hayan existido, en general, tanto inepto y mal o poco preparado al frente o al “mando” de la sociedad, en comparación con la ciudadanía. Malos o muy malos los hubo siempre, pero la plebe de tiempos pasados andaba descompuesta, mal informada y falta de buenas herramientas para luchar contra ellos, solo les valía entregar la vida, o casi, a cambio del enfrentamiento o la defensa, pero hoy, la inmensa mayoría sabe leer y tiene acceso al mundo de la información ( a pesar de ellos, no se crean que libertades y progreso son de su mérito, el mundo avanza y la evolución de la propia naturaleza humana, al paso que puede, lleva su marcha)  por lo que hace pensar y mucho, en el porqué de elegir a los más malos. Aunque haya mucho de bueno, se impone el inepto, en todos los sentidos en esta época donde nos ha tocado vivir y entre sus dirigentes, escogidos con un criterio de dudosos resultados, solo hay que abrir los ojos para ver el resultado, cuesta trabajo encontrar gente con verdadera valía.
           Aquí se coloca o impone por mayoría: al tuno, al vivillo, al ocurrente, osado, atrevido o embustero y se huye del que sea demasiado serio o hable con la cruda verdad, por muy fea que sea; no interesa, complica el ego del que, sin ser ni quererse molestar con sacrificios o luchas por aprender y por el miedo a ser “descubierto”. Es más cómodo una  “Feria de Babel” donde prime lo jocoso y el cachondeo, donde los valores, las obligaciones y responsabilidades queden para los que no participen de la “romería” y donde cualquiera “tenga derecho a lo que sea” o, dicho de otro modo: bajar el listón de las exigencias, para que los más tontos por voluntad estén “a la altura”, convirtiendo el avance de la humanidad, si es necesario, en un regreso a los tiempos de Altamira, pero sin las pretensiones del que hizo  las pinturas en las cuevas …   ¡Nooo!  ¿Para qué?  Menuda bobada…   “la zorra que no podía alcanzar las uvas…  dijo no al esfuerzo y achacó como pretexto, la falta de madurez” …  de las uvas claro.
         ¡Qué nivel Maribel! Menudo “carrerón” llevamos, a este paso, llegará el día en que aquél que comprenda la lectura, tenga oficio, memoria o sepa de historia, lo llevará en secreto y no se le ocurrirá exponerlo en su curriculum…   será apartado o proscrito y parado de eterna duración.
Montero Bermudo.
San Juan Despí, metidos en vendimia de 2.018

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