campiña ecijana

campiña ecijana

lunes, 17 de abril de 2017

impaciente costalero


Confalonero y costalero…  Jueves Santo de madrugada.

 
         La más humilde y genuina forma de expresar los  sentimientos cofrades en Semana Santa, los costaleros, aquellos que bajo el anonimato soportan el “peso de sus creencias” con toda la dignidad y la mayor de las alegrías sin pedir nada a cambio.    
          Costalero: hermandad, entrega, amor, fe, tradición, creencia…   llegado el momento te embarga la impaciencia.
-------------------
 
             “… Se recogió San Gil, un año más concluyeron promesas, terminó un miércoles Santo precioso de ambiente, sol gente…    y la noche se hizo eterna.  El día no amanecía, solo la luna que a través de la ventana me acompañaba iba dándome consuelo… y compañía. Otro año más aquí me encontraba  y  tan nervioso como siempre, mientras en la noche parada, los ratones de la impaciencia se lo comían todo, menos   las horas que faltaban; quería verlo de cerca,  mirarlo a  la cara  desde ese palo al que me agarro con los mejores sentimientos  y la noche larga, larga, se estiraba,  un nuevo alba que andaba cerca…    y  que no llegaba.         
          Jueves Santo, jueves de Confalón y de Convento sagrado; de Victoria y de hortelanos, de cañateros y ecijanos, de gente de creencias puras, de abnegados  y  entregados.  Jueves de Cristo moreno, del más grande, del más bonito  de todos  los Cristos;   jueves de huerta sola, porque ese campo por un descanso puede esperar; de ¡Vivas!  Y  pies descalzos, de más  ¡Vivas!...  y abrazos.  De  hermanos unidos por una fe, de arrimar el hombro y buscar apoyo;  de mano echada en el de delante y de reojo bajo el capillo mirar arriba, arriba porque es “su día” y  ahí está El;  crucificado por todos nosotros y que  lo hizo pudiendo y no lo evitó, quiso salvarnos y se entregó  y hoy, hoy es su día, porque es  ¡Jueves de Confalón!  ¡Jueves de Victoria!   Y lo llevamos a un pueblo entero para que lo quiera porque Él sí que nos quiso y ahí clavado,  por más que nos duela, entre redobles destellantes de lagrimitas de cristal,  tulipas encendías y claveles rojos lo paseamos.
           Cualquier confalonero preferiría ir a su paso, hablando y junto a Él,  de fiesta, de charla  y confesiones sanas  y no llevarlo en este dolor, pero está en sus manos lo que se haga y así continuaremos mientras no decida otra. Saldremos de la Victoria, de ese Bendito Convento, el del moral del milagro,  que nos ofrece cobijo  siendo lugar donde al abrigo entre tanto hermano  es el mejor venero de una fuerte pasión. Descalzos como es tradición,  en volandas y en un “puñao”  a coro de vivas en júbilo, anunciaremos en su compañía la buena nueva  y todos juntos en su presencia pediremos por ser más justos; por los humildes y necesitados; por los que sufren y lloran en su desahucio, por los perdidos  y los encontrados; por los creyentes y los que niegan, por los que lo necesitan y los que van “sobraos”; pediremos a Él por todos  y le ofreceremos nuestros  mejores  deseos, porque en el Convento de la Victoria son tan  profundos los sentimientos, como su propia historia.”
-------------------------
          Un año más, antológica estación de penitencia de una hermandad, destinada por decisión propia, a ser modelo para todo aquel que ofrezca sentimientos; para Écija y los ecijanos un lujo, un orgullo y por ende para todo cofrade una honra.
         ¡¡Confalón!! Arraigada y antigua hermandad, la más,  donde  todavía es posible el encuentro  con la verdadera “salsa” cofrade,  auténtica y ecijana; meditación y rezo, alegría y llanto, suspiro profundo y explosión en el ánimo, porque me llamas, porque me atraes, porque a mí este Cristo también me arranca de lo más hondo esos vivas que me salen y que son flores que le ofrezco porque me siento confalonero.
 
¡Viva el Cristo de Confalón! ¡Vivan sus costaleros! ¡Viva el Convento de la Victoria!
Montero Bermudo.
Puesta en marcha la memoria en esta primavera  2.017
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario