campiña ecijana

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martes, 22 de noviembre de 2016

No todo es bueno en pintura


Decepcionado  con Renoir


          Domingo, día de asueto y relax y que este último lo dediqué a visitar la exposición  que  la Fundación Mapfre  ofrece estos días en la Casa Garriga i Nogués  de Barcelona:   ”RENOIR, entre mujeres, del ideal moderno al ideal clásico”.

          A las once menos cuarto andábamos mi esposa y yo por la entrada del edificio a la espera de abrir puertas, que sería a las once. Poco a poco se fue agregando personal y justo cuando se abrieron seríamos un centenar…  al salir  quizás se triplicara esta cifra.  No había gran cantidad de obra, setenta y algo creo, pero  serían suficientes para hacer un análisis sobre el tema y el artista. Con dos horas bien contadas tuve bastante, no me apeteció más y salí del edificio bastante contrariado: no me gustó ¿Está claro no?  En exposiciones  donde encuentro “tajo para mi particular estudio” acostumbro a emplear mucho más tiempo.  Iba dispuesto a meterme de lleno y sacar de cada tela todo cuanto diera de sí (yo) pero no resistí el envite, dando la batalla por perdida y enarbolando bandera blanca salí del lugar hasta con cierto enfado.

         Hay algo en mucha de esta pintura que no llego a entenderla por buena, pero ¿Quién es el guapo que pone la contra? Todo esto está dispuesto o “montado” así y la sociedad ha ido evolucionando en esta dirección. Si dicen los entendidos que esto es pintura que representa: un avance, que rompió moldes aportando innovaciones, frescura, originalidad, libertad y qué sé yo cuantas cosas más;  pintura moderna, por tanto y de primer orden y entre los que pertenecieron a aquel movimiento denominados “Impresionista”, Renoir fue uno de los más importantes…  y aquí no hay “tío páseme usted el río”    ¿Qué hacer en el supuesto de no estar de acuerdo?

        En el caso de esta exposición y del artista en cuestión, vi demasiados fallos de dibujo, unos cuantos “rincones sucios” repartidos por muchas de las obras, torpezas y desaliño o falta de oficio…   ¿Y ahora qué?...   ¡No pasa nada!   Todo esto se acepta o no se mira, porque aquí lo importante es otra cosa…   ¿El qué?   Yo me vengo a lo mío y me quedo con las ganas de pronunciarme y compartir con quien me escuche, para, por lo menos desahogarme, aunque no tenga razón en mis apreciaciones ni exista quien me entienda. En todo caso, me queda el consuelo de los ánimos que  me ofrece la persona que más entiende de pintura de cuantos conozco, mi buen amigo Fernando Manjón. No busques en Renoir a un Vázquez Díaz, ni por supuesto algo que se asemeje a Ribera “el españoleto”  – me comenta – estos fueron por otros derroteros y su “número” es ese.

        Separando el grano de la paja, en este caso sigo quedándome con aquello que más tenga que ver con el “oficio y cocina” de este arte y con sus aportaciones al mismo. Las modas y vaivenes, los gustos personales, los intereses del “poderoso”…   en definitiva: lo que marquen los demás, me lo tomaré con reservas (si me lo tomo) y seguiré por libre degustando y aprendiendo cuanto pueda.

Montero Bermudo
S. Juan Despi, otoño de 2.016

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