El
misterioso mundo del flamenco
“EL hombre es un animal de costumbres”
y yo, componente de ese “gremio” animal, hice mío el hábito de la lectura hace
ya mucho tiempo. La facultad de razonar que me dio la naturaleza y como
distinción de los demás animales, ninguno de ellos la posee que sepa hasta
ahora, me hizo pensar que para enterarse de las cosas habría que escuchar al
que sabe y esto, entre otras “fuentes” es posible a través de la lectura; “vicio”
que valoré en positivo y que adapté, no sin esfuerzos (el autodidacta parte generalmente de cero) pero
que con la “lucha” se haría costumbre y ella me enseñó todo cuanto fui capaz de
entender.
Por vía de la amistad y de sus
propias manos, las de mi amigo Paco Hidalgo, llegó a las mías ese regalito como
presente después de muchos años que no nos veíamos su:
Cante de las minas Notas a pie de festival
(La Unión 2.004-2.007)
He disfrutado leyendo este “puñadito de
cuartillas” donde Francisco Hidalgo Gómez, deja reflejado parte de sus vivencias en el concurso de
La Unión, el que por extensión acapara hasta esos muchos artistas: cantaores,
guitarristas y bailaores o bailaoras, de
los que tuve conocimiento y roce con ellos, porque frecuentamos Festivales, Concursos
y actuaciones en peñas flamencas por aquí por estas tierras de Cataluña.
No estuve en La Unión, aunque si al “loro”
de aquello porque este mundillo me gusta, pero ahora con la lectura de esta
publicación, Paco me acercó un poquito más y me hizo revivir aquellas muchas
noches de peñas y encuentros con este mundo del flamenco, tan denostado por
tantos que no comprenden, aunque de unos años acá se empieza a valorar por el gran público su grandeza. Yo no bajé
nunca a una mina, lo mío fue arañarme las espinillas por los rastrojos detrás de
mis cabras, pero comprendo la dureza de esa vida, reflejada en los cantes de la
tierra y que hoy, he paseado y casi degustado junto a mi amigo Paco, porque Él
con su dialéctica me lo ha hecho vivir así.
He recordado mientras disfrutaba de la
lectura, todos estos recuerdos y anécdotas narradas por mi amigo, a muchos que
lo fueron y no están, a muchas noches de charlas y reuniones de junta, a otras
tantas preparando carteles para festivales y hasta pegándolos por las esquinas
después de la velada, a muchas en las que tuve la dicha de poder conversar tras
las cortinas del escenario con gente tan relevante como Antonio Fernández Díaz “Fosforito”,
Luis de Córdoba, “El turronero” Maite Martín, Juan “habichuela”, Naranjito,
Meneses, Montse Cortés, Enrique de Melchor, Manuel Mairena, Juana la del
Revuelo, Jesús Heredia, Flora Albaicín…
y un largo etcétera que redondearía hasta con la inconmensurable Fernanda de Utrera, que
también la disfruté y a esta en su propia casa. Tantos a los que este ambiente
me permitieron y que a muchos Paco
Hidalgo nombra.
Fueron unos años en los que la vida
nos llevó casi en paralelo por este mundillo. Más adelante Él seguiría y yo me
aparté en cierta manera por mi “tirón” a la pintura. Recuerdos inolvidables de
aquella Peña de Fosforito, donde formé parte en su equipo de gobierno y que
tantos buenos ratos pasamos (algún que otro disgustillo también) Todo ello
forma parte ya de una vida que se nos pasó y que ahora adaptándonos, continuamos
cada uno en lo suyo y con el propósito de mantener un contacto, donde la
amistad no se resquebraje.
Montero
Bermudo.
S.
Juan Despi 27 de Julio de 2.016
No hay comentarios:
Publicar un comentario