¿Habrán cogido mi
carta?
Una enorme y poblada cabellera caía sobre sus
barbas blancas y de entre aquella plateada
nube de ensortijados bucles surgía el brillo de unos ojos grandes, atrayentes y de
un azul profundo y destellante como un cielo en Trevinca; mar de estrellas de
ilusiones, esperanzas y sueños que me miraban, me observaban o contemplaban más
una tierna y bondadosa sonrisa que de
boca sonrosada me ofrecía confianza e invitaba
a una plática.
Me había
quedado dormido entre ilusiones y fantasías, como
Morfeo sobre mi cama de madera noble envuelto
en vaho de infusiones de adormideras; me marché
hacia un mundo perdido, donde ya no es posible volver con los pies
sobre el suelo, pero ¡ay! en los sueños, en ellos existe y está
la verdadera libertad, que no es otra que la de recrearte inmerso en
un mundo de ilusiones, tanto como ellas mismas demanden.
Un gesto casi contagioso emparejaba el
semblante de aquella aparición que tan agradablemente me sobresaltó y rodeando
toda la imagen, una corona de oro, esmeraldas, rubíes, topacios… se fundía
la figura en un ambiente empíreo,
enternecedor y entrañable que me permitió siquiera por momentos introducirme en
un éxtasis indescriptible de donde no quisiera salir uno nunca.
… ¿Has cogido mi carta? Me atreví
titubeando y con una sonrisa intencionadamente pícara y
traviesa que me ruborizó… ¡Por Dios! con
la edad que tenemos ¿Y tú que crees,
no ves que la estoy leyendo? No te de vergüenza
y quédate tranquilo...
Niñez perdida por un tiempo extraño que nos tocó
vivir a los que ahora ya ni canas peinamos y de la que solo es parte
recuperable aquella que la ilusión conservada te permite. Vendrán otros con sus
modernidades dando lecciones de alegrías e ilusiones ajenas imponiendo sus
maneras y criterios a golpe de leyes, aunque sean experimentales, total a ellos
que más les da, aquí de lo que se trata
no es del disfrute de los demás, si no del aliviadero de sus carencias. De las
de ellos claro, porque su ego e incapacidad no les permitirán nunca otra cosa.
Montero Bermudo.
S. Juan Despi
2.016, en una Noche de Reyes.
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