campiña ecijana

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martes, 21 de abril de 2015

Mi Semana Santa


Semana Santa… quedó atrás

        “ … A estas alturas ya, cuando la luna está a punto de llenarse otra vez, habiendo dado todo un vuelco en su eterno y giratorio recorrido, lo mismo sigo yo, pero con un lio  en la cabeza igualito que una “pelota” hecha de jirones y a manotazos arrancados a la memoria más  reciente,  en momentos hasta de forma angustiosa  y a base de darle vueltas y tirones con la única pretensión  o deseo de ordenar  todo aquello vivido y no digerido aún;  aquí ando dudoso y a mitad de cordura, con la intención de  apuntar algo sobre lo más somero de ciertas sensaciones de las que pude satisfacerme, en momentos tan apabullantes  como son los de Semana Santa en el pueblo.

          Atrás quedan pues, un tiempo y unas situaciones irrepetibles, otras volverán más o menos parecidas aunque con algunos matices de distinción, nunca nada es igual, pero bueno nos entendemos. De las primeras, por especiales  y  emocionantes quedarán impresa en el alma, porque sin necesidad de puntualizar son unas cuantas y de esas, que como en el cante flamenco cuando aparece el duende… magia que forma y conforma el espíritu y la misma esencia  y que al final, son las que jalonan la trayectoria de las ilusiones por la vida  y de lo que es muy difícil dar explicaciones ¿Para qué?

          Quedan para el recuerdo también: momentos muy especiales,  preciosas  imágenes y escenas reconfortantes, sin las cuales no tendría sentido la vida, pues de ilusiones, esperanzas,  creencias y fe vive el hombre.

          Espléndida semana en lo climatológico y que con ello permitió que nadie quedase dentro, ni sobre la marcha tuviese que afrontar decisiones de recogidas a la carrera y que tan desagradables son; en general  lució un sol brillante y salvo un poquito de frescor en contadas anochecidas que demandó la rebeca sobre los hombros, todo por el estilo.

         Daría comienzo para mí nada más pisar suelo ecijano, con un acto de presencia en Sta. Cruz para despedir con una misa  a un amigo que terminaba de irse días antes, agridulces momentos, pues si una parte es bien dolorosa, la otra me permitió un trato más cercano a los suyos y descubrir ciertos valores muy humanos (de casta le viene al galgo) que en momentos así reconfortan.

         Con La Borriquita en El Salón el domingo intenté imbuirme del tema a lo que venía y borrar otras cosas que me incomodaban; quedé gratamente sorprendido con esta gente joven que no solo apunta maneras, sino hasta de cierta veteranía en su comportamiento bajo las trabajaderas. ¡Buen inicio!  Y la banda que llevaban, a la altura.

           A ello seguiría todo un rosario de procesiones, que me permitieron disfrutar paladeando momentos cofrades tan interesantes como necesarios, de charla con los amigos, de visitas en iglesias a los pasos…  un mollete con manteca en el Café La Tertulia de mi amigo Domingo, nada más empezar el día, allá en la Avda. de los Emigrantes…    ¡Qué lujo!  El mollete y el amigo; luego en algunos huecos de cualquier día y a cualquier hora, serían unos callos o unas patitas de calamares acompañada de una cerveza bien fresca e intercaladas charlas o crítica a todo y todos, las que a mí me sirven de eficiente información y puesta al día, como de costumbre y sentadito en esa terraza “Capricho del ala norte ecijano”,  donde quizás no llegó Washington Irving, Lorca, Pio Baroja ni siquiera aquel “Ojitos” capitán de vieja partía y que en esta reordenada Cruz Verde tuviera su morada, pero sí tertulianos tan ilustres como: “El Lolo”, Naranjo, Mª del Valle Pardal, Manuel Aguilar “Pelirrojo”, Eduardo Cobalea, Fali Juanillón, Gaseoso, Pirata, Salvi…  que con su aportación en el conocimiento de todo lo que es Écija y su Semana Santa, convierten el rinconcito de manera esporádica y no premeditada, en tertulia a lo  “Café Pombo”,  donde el papel de Gómez de la Serna es interpretado por ese Domingo Ángel, tabernero Él y costalero de pro y los demás “elementos”, inmortalizados por Gutiérrez Solana   en su pintura, los citados tertulianos.

          Algún otro día la cita con el mollete y el cafelito mañanero sería en Puerta Cerrada, donde la terracita de “La Cruz Roja” es una bendición, el papeo, el servicio y la compañía, así como la amplitud y luminosidad de la Plaza ¿Para qué más lujo?  Chocolatito nocturno con jeringos en Puerta Osuna, los mejores de Écija sin dudas y una tapita en La Tabernita ¡Oh!  ¡Qué vida! y hay quien se marcha a Honolulú y a las Seychelles ¿Dónde vais angelitos incautos, si el Cielo está aquí?

         Entrevista con los amigos en lugares casi íntimos y los que uno no publica por ello, pero que disfruté a rabiar y de los que se aprende en esa convivencia e intercambio de opiniones. El “suculento atracón” de amistad que me proporcionaron en momentos tan cortitos de tiempo, me aportan energía para todo el año y me permiten volver con pena, eso es irremediable en mi caso, pero con fe en la vuelta a sabiendas de que dejo atrás vida.

         La estación de penitencia ante mi Virgen, donde tantos trocitos de buen hacer por parte de mi hermandad me permitió vivir…  ¡Ay esa puerta y ese patio!  Esa barrera y calle  Zayas, La Marquesa y ese Arco de Sta. María de tanto sabor y recogimiento, ese rezo de monjitas de Sta. Ángela y ese refrigerio en el patio trasero con tantos… Mi ventanita a Zamoranos, que me permitió, un año más, acercarme al  Cristo de “mis principios” y que tantos recuerdos me trae y donde le pido por todos, aunque este año fuese más por Cristóbal; Confalón, bellísima imagen que me descompone en emociones porque no se puede ser más bonito ni más ecijano y ese paso de Virgen de la Merced ¡Que Virgen más bonita! ¡Qué gusto de flores! ¡Qué hermosura! Mi amigo Salva le pidió por mí, que me lo dijo, como yo pido por Él porque es bueno.

         El Silencio entre Sta. Cruz y Sta. Florentina me dejó casi sin resuello, enorme, bello paso, el Cristo y la Virgen… sin palabras, elegante andando y como hay que hacer las cosas ¡Ya está bien de folclore! A ver si les vamos dando un retoque a algunas cosas que esto se nos va. De estas maneras hay que tomar ejemplo, la fiesta y la jarana por Feria.

        Algunos, por no decir muchos, cuando escuchan estas opiniones se molestan, pero es que si no hablo reviento. A mí me incumbe esto también, porque soy cofrade y ecijano y todo ello quiero que se haga con sentido, ya sé que no soy nadie, pero opinar…  ¿Qué pintan los dichosos palcos en medio del Salón? Yo creo que cuando el Papa un día se entere dirá algo, los negocios hay que buscarles otro sitio (con las bodas ya avisó) ¿Por qué se lleva una escalera feísima de aluminio junto al paso? (Este año la vi en el Cristo de S. Gil) ¿ No hay nadie en las hermandades que corrijan a los capataces que revientan a los costaleros en revirás o vueltas interminables? Después del trabajito de colocar las flores mirando hasta el último detalle ¿Por qué se permite que vengan a echarle un ramo con su lazo y su celofán incluido encima…?  Llévensela antes de salir a la iglesia y lo mismo se reparte entre todas ¿O lo que queremos es que nos vean? El agua que se da a los costaleros, además de la estética del “cacharro” ¿A estas alturas todavía hay que decir que no es de recibo que se dé a todos con el mismo vaso o jarrillo?  Todas estas cosas y lo poco limpios que somos tirando por el suelo lo que no es normal, lo he vivido estos días. Yo lo apunto aquí y si alguno se molesta que perdone.

        

 

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