Semana Santa… quedó atrás
“ … A estas alturas ya, cuando la luna está a punto de
llenarse otra vez, habiendo dado todo un vuelco en su eterno y giratorio
recorrido, lo mismo sigo yo, pero con un lio
en la cabeza igualito que una “pelota” hecha de jirones y a manotazos
arrancados a la memoria más
reciente, en momentos hasta de
forma angustiosa y a base de darle
vueltas y tirones con la única pretensión
o deseo de ordenar todo aquello
vivido y no digerido aún; aquí ando
dudoso y a mitad de cordura, con la intención de apuntar algo sobre lo más somero de ciertas
sensaciones de las que pude satisfacerme, en momentos tan apabullantes como son los de Semana Santa en el pueblo.
Atrás quedan pues, un tiempo y unas situaciones irrepetibles, otras
volverán más o menos parecidas aunque con algunos matices de distinción, nunca
nada es igual, pero bueno nos entendemos. De las primeras, por especiales y
emocionantes quedarán impresa en el alma, porque sin necesidad de
puntualizar son unas cuantas y de esas, que como en el cante flamenco cuando
aparece el duende… magia que forma y conforma el espíritu y la misma
esencia y que al final, son las que
jalonan la trayectoria de las ilusiones por la vida y de lo que es muy difícil dar explicaciones
¿Para qué?
Quedan para el recuerdo también: momentos muy especiales, preciosas
imágenes y escenas reconfortantes, sin las cuales no tendría sentido la
vida, pues de ilusiones, esperanzas,
creencias y fe vive el hombre.
Espléndida semana en lo climatológico y que con ello permitió que nadie
quedase dentro, ni sobre la marcha tuviese que afrontar decisiones de recogidas
a la carrera y que tan desagradables son; en general lució un sol brillante y salvo un poquito de
frescor en contadas anochecidas que demandó la rebeca sobre los hombros, todo
por el estilo.
Daría comienzo para mí nada más pisar suelo ecijano, con un acto de
presencia en Sta. Cruz para despedir con una misa a un amigo que terminaba de irse días antes,
agridulces momentos, pues si una parte es bien dolorosa, la otra me permitió un
trato más cercano a los suyos y descubrir ciertos valores muy humanos (de casta
le viene al galgo) que en momentos así reconfortan.
Con La
Borriquita en El Salón el domingo intenté imbuirme del tema a lo que venía y
borrar otras cosas que me incomodaban; quedé gratamente sorprendido con esta
gente joven que no solo apunta maneras, sino hasta de cierta veteranía en su
comportamiento bajo las trabajaderas. ¡Buen inicio! Y la banda que llevaban, a la altura.
A ello seguiría todo un rosario de
procesiones, que me permitieron disfrutar paladeando momentos cofrades tan
interesantes como necesarios, de charla con los amigos, de visitas en iglesias
a los pasos… un mollete con manteca en
el Café La Tertulia de mi amigo Domingo, nada más empezar el día, allá en la
Avda. de los Emigrantes… ¡Qué
lujo! El mollete y el amigo; luego en
algunos huecos de cualquier día y a cualquier hora, serían unos callos o unas
patitas de calamares acompañada de una cerveza bien fresca e intercaladas
charlas o crítica a todo y todos, las que a mí me sirven de eficiente
información y puesta al día, como de costumbre y sentadito en esa terraza
“Capricho del ala norte ecijano”, donde
quizás no llegó Washington Irving, Lorca, Pio Baroja ni siquiera aquel “Ojitos”
capitán de vieja partía y que en esta reordenada Cruz Verde tuviera su morada, pero
sí tertulianos tan ilustres como: “El Lolo”, Naranjo, Mª del Valle Pardal,
Manuel Aguilar “Pelirrojo”, Eduardo Cobalea, Fali Juanillón, Gaseoso, Pirata,
Salvi… que con su aportación en el
conocimiento de todo lo que es Écija y su Semana Santa, convierten el
rinconcito de manera esporádica y no premeditada, en tertulia a lo “Café Pombo”,
donde el papel de Gómez de la Serna es interpretado por ese Domingo
Ángel, tabernero Él y costalero de pro y los demás “elementos”, inmortalizados
por Gutiérrez Solana en su pintura, los
citados tertulianos.
Algún otro día la cita con el mollete y el cafelito mañanero sería en Puerta
Cerrada, donde la terracita de “La Cruz Roja” es una bendición, el papeo, el
servicio y la compañía, así como la amplitud y luminosidad de la Plaza ¿Para
qué más lujo? Chocolatito nocturno con
jeringos en Puerta Osuna, los mejores de Écija sin dudas y una tapita en La
Tabernita ¡Oh! ¡Qué vida! y hay quien se
marcha a Honolulú y a las Seychelles ¿Dónde vais angelitos incautos, si el
Cielo está aquí?
Entrevista con los amigos en lugares casi íntimos y los que uno no
publica por ello, pero que disfruté a rabiar y de los que se aprende en esa
convivencia e intercambio de opiniones. El “suculento atracón” de amistad que
me proporcionaron en momentos tan cortitos de tiempo, me aportan energía para
todo el año y me permiten volver con pena, eso es irremediable en mi caso, pero
con fe en la vuelta a sabiendas de que dejo atrás vida.
La
estación de penitencia ante mi Virgen, donde tantos trocitos de buen hacer por
parte de mi hermandad me permitió vivir…
¡Ay esa puerta y ese patio! Esa
barrera y calle Zayas, La Marquesa y ese
Arco de Sta. María de tanto sabor y recogimiento, ese rezo de monjitas de Sta.
Ángela y ese refrigerio en el patio trasero con tantos… Mi ventanita a
Zamoranos, que me permitió, un año más, acercarme al Cristo de “mis principios” y que tantos
recuerdos me trae y donde le pido por todos, aunque este año fuese más por
Cristóbal; Confalón, bellísima imagen que me descompone en emociones porque no
se puede ser más bonito ni más ecijano y ese paso de Virgen de la Merced ¡Que
Virgen más bonita! ¡Qué gusto de flores! ¡Qué hermosura! Mi amigo Salva le
pidió por mí, que me lo dijo, como yo pido por Él porque es bueno.
El
Silencio entre Sta. Cruz y Sta. Florentina me dejó casi sin resuello, enorme,
bello paso, el Cristo y la Virgen… sin palabras, elegante andando y como hay
que hacer las cosas ¡Ya está bien de folclore! A ver si les vamos dando un
retoque a algunas cosas que esto se nos va. De estas maneras hay que tomar
ejemplo, la fiesta y la jarana por Feria.
Algunos, por no decir muchos, cuando escuchan estas opiniones se
molestan, pero es que si no hablo reviento. A mí me incumbe esto también,
porque soy cofrade y ecijano y todo ello quiero que se haga con sentido, ya sé
que no soy nadie, pero opinar… ¿Qué
pintan los dichosos palcos en medio del Salón? Yo creo que cuando el Papa un
día se entere dirá algo, los negocios hay que buscarles otro sitio (con las
bodas ya avisó) ¿Por qué se lleva una escalera feísima de aluminio junto al
paso? (Este año la vi en el Cristo de S. Gil) ¿ No hay nadie en las hermandades
que corrijan a los capataces que revientan a los costaleros en revirás o vueltas
interminables? Después del trabajito de colocar las flores mirando hasta el
último detalle ¿Por qué se permite que vengan a echarle un ramo con su lazo y
su celofán incluido encima…? Llévensela
antes de salir a la iglesia y lo mismo se reparte entre todas ¿O lo que
queremos es que nos vean? El agua que se da a los costaleros, además de la
estética del “cacharro” ¿A estas alturas todavía hay que decir que no es de
recibo que se dé a todos con el mismo vaso o jarrillo? Todas estas cosas y lo poco limpios que somos
tirando por el suelo lo que no es normal, lo he vivido estos días. Yo lo apunto
aquí y si alguno se molesta que perdone.
No hay comentarios:
Publicar un comentario