Cada renglón una joya
Después de leer el trabajo realizado por: Marina
Martín Ojeda y Ana Valseca Castillo: “El Santísimo Cristo de la Salud, Señor de
Écija; Historia de una devoción y de una
Cofradía” libro que llegó a mis manos “recién
salido del horno” pues al día siguiente de su presentación ya lo tenía en casa - ¿Lo que no haga una hija por su padre…? – Me
queda la sensación de sentirme poco menos que un enorme ignorante, no es para
menos, después de tener en las manos y leer esta obra ¿Qué puede pensar un indocumentado, como es
mi caso, ante tanta “noticia desempolvada”?
Esto me
pasa de vez en cuando, sobre todo cuando me zambullo en crónicas tan bien
expuestas, con tantísima documentación y datos y con esa delicadeza de dicción
tan pedagógica como es el caso de este maravilloso libro, el que considero de
lectura obligada para todo aquel enamorado de la historia, reciente y ya algo
lejana de la más que bi-milenaria Ciudad de Écija y digo bien, porque lo que
acontece en el barrio de “El Picadero”, en
S. Gil y alrededor de su parroquia y tomando como eje central a la Hermandad
del Cristo
de la Salud, acontece en toda
Écija. No en vano irradió desde aquellos
principios del XVII a toda la Ciudad e incluso fuera de Ella, como bien nos
explican las autoras del trabajo.
Es más, después de lo “visto” a través de su
narración por estas dos artistas de la didáctica y la erudición histórica,
considero libro de consulta para una parte de la “Biografía de Écija” y a la
que hay que volver de vez en cuando ¿Cómo no refrescar datos y hechos, cuando
uno falto de capacidad, no le es posible retener tanto?
Los cangilones de esa noria que son sus manos,
han ido arrancando de manera paciente y cuidadosa del “Río de nuestra historia” puesta en infinidad de archivos: documentos,
informes, cartas, legados, donaciones, obras, restauraciones, citas, hechos,
parroquia, hermandad, hombres, mujeres, un barrio, un pueblo, unas creencias y una fe. Para ese
riego tan necesario que ayude y haga
brotar el conocimiento y el entendimiento
de tantos que a diario labramos por esa cosecha.
Todo ello ordenado y debidamente bien presentado,
como bien se han esmerado en hacer las
autoras de este trabajo, para el
disfrute y entendimiento del que así lo desee, se traduce en un regalo para el
espíritu y es ese alma del hombre, ante su necesidad, la que reconoce este impagable
trabajo del que hay que estar agradecido, porque es de bien nacido.
S. Juan Despí, pre-Navidad
de 2.014
Montero Bermudo.
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