campiña ecijana

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sábado, 20 de diciembre de 2014

El placer de la lectura






Cada renglón una joya

 

Después de leer el trabajo realizado por: Marina Martín Ojeda y Ana Valseca Castillo:        El Santísimo Cristo de la Salud, Señor de Écija; Historia de una devoción y de una Cofradía”  libro que llegó a mis manos “recién salido del horno” pues al día siguiente de su presentación ya lo tenía en casa  - ¿Lo que no haga una hija por su padre…? – Me queda la sensación de sentirme poco menos que un enorme ignorante, no es para menos, después de tener en las manos y leer esta obra   ¿Qué puede pensar un indocumentado, como es mi caso, ante tanta “noticia desempolvada”?

 Esto me pasa de vez en cuando, sobre todo cuando me zambullo en crónicas tan bien expuestas, con tantísima documentación y datos y con esa delicadeza de dicción tan pedagógica como es el caso de este maravilloso libro, el que considero de lectura obligada para todo aquel enamorado de la historia, reciente y ya algo lejana de la más que bi-milenaria Ciudad de Écija y digo bien, porque lo que acontece en el barrio de  “El Picadero”, en S. Gil y alrededor de su parroquia y tomando como eje central a la Hermandad del Cristo de la Salud, acontece en toda Écija. No en vano irradió desde aquellos principios del XVII a toda la Ciudad e incluso fuera de Ella, como bien nos explican las autoras del trabajo.

Es más, después de lo “visto” a través de su narración por estas dos artistas de la didáctica y la erudición histórica, considero libro de consulta para una parte de la “Biografía de Écija” y a la que hay que volver de vez en cuando ¿Cómo no refrescar datos y hechos, cuando uno falto de capacidad, no le es posible retener tanto?

Los cangilones de esa noria que son sus manos, han ido arrancando de manera paciente y cuidadosa del  “Río de nuestra historia”  puesta en infinidad de archivos: documentos, informes, cartas, legados, donaciones, obras, restauraciones, citas, hechos, parroquia, hermandad, hombres, mujeres, un barrio,  un pueblo, unas creencias y una fe. Para ese riego tan necesario que ayude y  haga brotar el conocimiento y el entendimiento  de tantos que a diario labramos por esa cosecha.

Todo ello ordenado y debidamente bien presentado, como bien se han esmerado en  hacer las autoras de este trabajo,  para el disfrute y entendimiento del que así lo desee, se traduce en un regalo para el espíritu y es ese alma del hombre, ante su necesidad, la que reconoce este impagable trabajo del que hay que estar agradecido, porque es de bien nacido.

 

S. Juan Despí, pre-Navidad de 2.014

 

Montero Bermudo.

 

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