“Momentos de asfixia” nos cuentan
los telediarios…
Hemos perdido mucha capacidad, somos más endebles y débiles… con tanta
modernidad, información y “sabiduría”, en el fondo de la cuestión nos sirve a
muchos para estar por detrás de dónde se esperaría con tantas posibilidades.
Siempre hizo calor en verano, mucho calor que en Écija nos hizo
refractarios y a pesar de sus más de cuarenta grados en cualquier día de julio
y agosto, se moría quien le tocaba, pero nadie más.
Cuántos de ahora, de estos que estirando el pescuezo con desespero se
lamentan gesticulando brazos en alto: “quillo ¿Quién aguanta esto?… esta
calor es pa reventá” y no son pocos, los que disponen de aire acondicionado
en casa, en el bar, en las tiendas y cualquier lugar donde tengan que entrar;
la nevera con agua y alimentos frescos (fríos, bien fríos) más los cubitos de
hielo para echar hasta en el café si hace falta, o en el bidé si se da el caso
de que “Hemoal” o “Anso” no es suficiente; la ducha y grifos repartidos por
donde extraer hasta secar el mundo con el abuso; ropas adecuadas al momento,
libertades para llevar bien pocas, cuando no sin ella (siendo esto un contra
sentido) tiempo libre para colocarse descansando allá donde le plazca (el bollo
anda “asegurado”) posibilidades de desplazamientos a: playas o cualquier lugar
de baños y refresco; viajes, traslados, salidas… ¿Qué queremos? El mundo siempre fue así y los
cambios los hemos hecho nosotros. Las temperaturas fueron en altibajos y ciclos
parecidas a las de ahora, si bien hay una pequeña parte que anda en el “tajo
por donde vamos labrando” y que viene dando su fruto: lo destrozamos todo y la
naturaleza responde. Un árbol es un “señor” al que se le debe un respeto por
tanto como aporta a nuestro entorno y le pegamos fuego; el agua debería de ser
sagrada y volcamos el cubo por gracia del derroche; muchos animales que siempre
formaron la cadena de alimentación e intercambio junto a nosotros, nos molestan
por olores, parásitos y porque la leche (entre otros) es más sana viniendo de
lejos y “arreglada”, eso sí, en el grado sumo de hipocresía al que hemos
llegado, hay momentos en los que nos haría gracia meter a una cabra en el
sofá… somos “moehno” y avanzados
¡bendito sea Dios! Que, en un verdadero concurso de tontos, no nos dejarían
participar por abuso.
En la memoria de los que somos más mayorcitos quedan recuerdos de verdaderos
“momentos de asfixia”, donde las temperaturas no daban tregua y sin más
“chivata”, apoyo o recurso que la misma aceptación, porque la vida es eso,
pasábamos del tema pensando en feria de septiembre, cuando la cosa daba avisos
de sus finales. Los había que, en sus pocos recursos de dialéctica o debate,
siempre recurrían al: “ojhú qué nochesita…” y con ello se desahogaban
participando en una sociedad, que inmersa en muchas cosas por hacer, les daban
razones y… a seguir que esto es redondo.
Los medios de comunicación, fabricantes de noticias porque aquí lo que
pasa solo es aquello que ellos cuentan, dan la murga y contagian al personal a
diario con: el cambio climático, los fuegos, “la guerra del Putin” y las “gracias”
de los políticos (ahora son de los “progres”, que eso viste y además les pagan
por contar mentiras, luego cuando cambie “el asunto” veremos) poniendo el orden
según convenga y restando importancia a los horrores que llenaban telediarios
días anteriores (caso del volcán de La Palma) porque ahora tocaría preguntarse ¿Qué
se hace por remediar? Y eso no conviene…
no se hace nada o bien poco. En estas fechas, faltos de “notición”,
andan duro que te pego con la dichosa calor y claro que hace ¿no va a hacer? Si
estamos justo en medio de donde el calendario marca esa “normalidad”, pero no
tienen otra cantinela y con esta, de momento se van distrayendo y paseando “la
alcachofa” por playas de todo el litoral, preguntando a los sufridos bañistas
cómo soportan “la tragedia”.
Las personas nos hemos debilitado demasiado y andamos muy mal preparados
para recibir cualquier cambio “normal” que nos llegue y eso nos hará padecer de
lo lindo o ¿No vendrán cambios que “duelan” y que tendremos que soportar? Pues eso,
que apañados vamos.
Yo me voy a refrescar un poquito, ahí os quedáis que esto… ojhú, ojhú…
Montero Bermudo
En mitad del verano y hasta el sombrero
de quejosos. 2022
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