campiña ecijana

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domingo, 20 de febrero de 2022

Artista y "mirador" de Écija


 

Mi pueblo y su gente

(Manuel Ruperti, “mirador” de Écija y cuanto la rodea)

         Hace tiempo que voy siguiendo las “miradas” gráficas que sobre Écija va aportando a estos medios de internet el amigo Manuel, donde a modo de comentario o crítica personal, acostumbro en dar mi opinión y de ello, además del desahogo personal por mi gusto a la escritura y todo cuanto se relacione con el arte, lo animo a que siga en lo suyo por parecerme (lo de él) algo excepcional y digno de reseñar.

         Ni del oficio de fotógrafo ni mucho menos de escribir en condiciones tengo capacidad, por lo que aquello que ponga, solo son gustos personales a los que busco escusa y en este, con su visto bueno y complicidad aceptada, solo lo hago por entretenerme, además de resaltar su valía.

      En general hay algo de “pellizco” y mucha personalidad en todo lo que pone, la perspicaz mirada de la que hace uso en su afición o pasatiempo (en su modestia él lo define así) no es más que una manera de colocarse ante el motivo que lo hace diferente y ese instinto, peculiaridad de cuanto observa, no es más que la capacidad innata de saber ver.  

        Me cuenta Ruperti, desde su campechana franqueza, su natural aspiración y que no es otra que el propio divertimento y la distracción en plasmar aquello de lo que gusta. La humildad y la sinceridad con aquello que hace, retrata en primer lugar al retratista, es él quien sale en primer plano y es él quien reclama toda bondad de la que es partícipe y nos demuestra con qué poco se hacen cosas grandes. Valores básicos y a veces poco visibles, en esta sociedad donde todo el mundo sabe bastante, hasta de lo que no entiende.

         La Écija que muchas veces nos muestra en sus fotos, es una Écija “desconocida”, son rincones, calles, barreras o alrededores, donde ves algo “familiar”, pero que al mismo tiempo llama la atención, por la extrañeza del lugar desde dónde está visto, te descoloca y zarandea ante el descubrimiento de una mirada que nunca hiciste y te demuestra lo mucho que tiene la capacidad del artista, porque él lo es, en descubrir aquello que otros no hemos sabido apreciar.

         Sus “miradas al cielo” del amanecer son un portento y un compendio de visiones espectaculares donde los mejores sueños abandonados son superados y los paseos por los alrededores del río, su fauna y el Parque: una delicia y un estudio pormenorizado, reclamo y llamada de atención por el ojo inquieto de un buscador que encuentra, porque de eso entiende y de la belleza existente que la naturaleza nos da y que ahí, algo marginada la mantenemos. El Puente y su barrio; El Parralejos, Puerta de Osuna, La calle Mayor y Puerta Palma; Cañatos, san Gil, Colón, santo Domingo y el Carmen; La Vitoria, el Cerro…  y el Salón ¡Ay de soportales! San francisco, la barrera Compañía del Conde y Balcones Largos…  ante su objetivo aparecen delante de nosotros con la sencillez de lo cotidiano y la preciosidad de algo que en teoría valoramos, pero sin la comprensión de la realidad hecha en forma y manera, tal cual propone Manuel Ruperti.

        No hay desprecio hacia nadie ni es esto una comparación con aquello que otros elaboren, Écija anda llena de gente que sabe del manejo de estos aparatos y a diario se ven muestras de fotos-retratos dignas de enmarcar, simplemente es justificar mi contento por algo que desde hace mucho me llama la atención y hasta me sorprende, con una particularidad que hace del resultado un reclamo a la mirada, al pensamiento y al contento de quienes, enamorados de Écija, buscamos incansablemente algo por descubrir. El conocimiento del medio, la experiencia, los estudios o las “herramientas” cada vez más avanzadas y modernas, hacen posible en su conjunto un resultado que impresiona, pero esto de Ruperti, va por otros derroteros, esto es el alma del ser puesta al servicio de una sensibilidad sin medida y sin pretensiones, más allá que su propio disfrute, la que nos descubre y sorprende sin más medios que la intuición y una idiosincrasia tan particular y modesta como sublime.

Montero Bermudo

Con Écija en el pensamiento, 20 de febrero de 2022


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