Écija desestimada
De argenta y azogue
repleto, el cristal donde miro anda lleno; la luz, el mar y la inmensidad de
una belleza a lo “Canaletto” ante mí se proyecta, cubriendo tierra y cielo
¡Écija cual Venecia!
¡Écija con su luz! La Astigi
de mis desvelos… “Mitral canal, la calle astigitana…” mi pueblo. Donde vine una
mañana, en mis sueños lo recuerdo y si Dios no lo remedia, en el universo te
espero, porque volver de nuevo, no será más que la persistencia de un alma ida,
perdida o recluida, por la inclemencia del intransitable camino de la vileza, triste
proeza, de tantos que, sin nobleza, fueron demonios… para su propia tierra.
¡Écija tu ruedo! Y toda
tu campiña, el fruto de tus sudores engordaron muchas barrigas y como nunca
tuvieron bastante aún se prestaron a la rapiña.
Mar de olivos y campos
de trigo que cubrieran tu suelo, dando provecho a diestro y siniestro y en la
avaricia de tantos “nuestros”, una vez repletos y bien pertrechos, cundió el
olvido, la desidia, el abandono… al
pasado me asomo ¿Qué pensaran los muertos?
Écija que sigue
brotando, su entraña reverbera historia grandiosa, Écija como una diosa, que tus
hijos te esperan hasta ignorando tus proezas, porque no se enteran. Llegará la
inteligencia de aquellos que den en el kit y verán cuanto no vimos, estos que
andamos aquí, permitiendo expolio, maltrato y vara palos, los otros serán los
malos, pero ¿Qué hacemos sin ti? ¿Por qué te abandonamos?
Montero Bermudo.
Calor en el pensamiento y el verano con amenazas. 2.019
No hay comentarios:
Publicar un comentario