Aniversario de Boda
A estas horas que me detengo en
tomar nota de algunos recuerdos que la fecha me traen a la memoria, “hacíamos las maletas” la mar de contentos porque
nos íbamos de viaje. Iberia la de los aviones nos llevaría después del almuerzo
hasta S. Pablo; Sevilla si ¿Para qué más lejos? De la
provincia éramos y somos los dos y no había sitio en el mundo más interesante
para un viaje idílico que lo fue y reconfortante para el espíritu… nos hacía falta, nos venía bien, era el
adecuado… porque siempre nos creímos seguir perteneciendo al “terruño” y había
que poner nuestra presencia de nuevo “estatus”
ante la familia que no pudo venir, los amigos que aún quedarían y viejos vecinos con
los que nos encontramos.
Recién
casados aparecimos aquel 24 de Octubre por Écija, en “La Catalana” de las siete
(más o menos) que nos dejaría en El
Salón cargados de ilusiones y llenos de fe en un futuro que daba comienzo. Llevábamos
el ramo de la novia a mi “Pupá Pepe”, ese abuelo del alma que ya hacía doce
años que me faltaba y era en aquel significado momento, cuanto podía ofrecerle
(con el permiso de Ella). Para Él, allí en El Valle quedarían como un beso, aquellas
humildes y sencillas flores que adornaran
las manos nacaradas de la novia en su más bonita fiesta, como testigo de
sentimientos y como muestra de respeto a su memoria; no lo
había olvidado en aquellas fechas y prueba de que sigue presente es esta cita.
Luego iríamos a Utrera y volveríamos a
la Capital; el retorno sería por La
Alhambra… ¡Ay Granada!
Oro de otoño al pie del Mulhacén que manda su “savia” en forma de agua hasta
regar las tierras donde nací. De ahí a
Madrid a que nos vieran: Velázquez y el
Greco, Goya, Murillo, Sorolla… y
tantas cosas bonitas que hoy, 41 años transcurridos, sigo recordando con todo
el cariño del mundo.
Montero
Bermudo.
S. Juan Desí, 24 de Octubre de 2.017
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