Quiero ser
libre
Y la llaman libertad sin saber bien lo que
dicen… ¿O lo saben?
Época esta confusa donde todos te
ofrecen algo… charlatanes a “lo
Ramonet”, que pretenden engañarnos vendiendo
lo que no es. Libertad que pagas con libertad
y la banca siempre gana; el de Orihuela
con su gracia buscaba su pan, estos nos
arruinan.
Hemos creado un mundo de mentiras, interesado ,
corrupto y mal oliente; donde huelga la justicia y la que hay es de
pudientes, donde todo está perdido, donde poco es ya decente; solo triunfa el
“lanzado”, el osado, el más
pillo, el tunante; aquel que la haga más
gorda, el que ande corto de vergüenza o
por conveniencia, el ignorante… cuando la mentira se adueñe de tu
“universo”, el alma del ser humano
vomitará lo descompuesto. Miedos que arrastran cruces donde al final
serás clavado, los que te minan los
“cimientos” y se van comiendo la fuerza
para dejarte asfixiado, dando paso a la fatiga, al decaimiento, al desamparo... hasta
ponerte “patas arriba”.
Soñar con la libertad es algo que ocupa mis sueños; volar, volar…
desprendido de lo externo, abrir las alas al viento dejándome llevar
solo con lo de dentro, no quiero portar conmigo lastre de bienes ajenos, porque
pienso en la torpeza de lo que no es necesidad y sí, son causa de aprietos. Quiero sentirme libre, luego de apoquinar, de lo que como, el justo “diezmo” y vivir solo en mis sueños; no quiero más propiedad pues de bien poco soy dueño,
ni me inquieta domeñar lo que debe andar
bien suelto… nadie es dueño de “ná”.
¡¡Dios
no hizo a nadie tan supremo!!
La Libertad
es algo a lo que se aspira, sin parar en remediar que gran parte de ese
sueño, no es más que la propia vida, de la que nadie es el patrón aunque te
engañen con mentiras y te cobren con tiranía la que dicen que te dan,
total… luego te la quitan ¡Qué barbaridad!
En las lindes de esa utopía,
la que llaman libertad, por
reducida que sea, siempre anda la
propiedad de la ilusión ajena. Es por tanto, harto difícil hacer uso de ella
sin andar rozando la injusticia; solo nos pertenece lo nuestro, que no es poco
y ese saber contentarse con lo tuyo, con lo propio… pegadito a la libertad te dejará y sin agobios.
Dejadme que vuele alto, tan allá como mi búsqueda requiere, que de
esta tierra me despegue y que me suelte
las cadenas que a los miedos me retienen. Que permitan que mis sueños, aquellos
que me pertenecen, se crucen en mi camino, los vea, se me acerquen y pueda
contar con ellos como ayuda cuando despierte.
Montero Bermudo. Julio de
2.017
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