En una
Clínica Dental…
El dentista de toda la vida, para
que nos entendamos.
¡¡Paseeeeee!!, Que pase el siguiente.
– Se escuchó una agradable voz en la salita de espera convocando a quien tocara, una vez salía el último
atendido –
El murmullo y el cuchicheo invadían
la atmósfera de aquella estancia, donde el natural y mal disimulado nerviosismo
invitaba a criticar cuanto fuera con tal de enmascarar miedos y tensiones
aunque fuese diciendo pamplinas. ¡Hay que ver, hay que ver! Mientras a rastras, como buenamente podía, entraba por
la puerta señalada un cocodrilo con la
mano puesta en la quijada dolorida.
¡Buenas tardes!
-Saludó balbuceando a su
entrada el animal, sacando fuerzas de donde no le quedaban con el ánimo de no
aparentar tanta decadencia –
¡Muy buenas! ¡Dígame
usted!
Mire yo venía porque de un
tiempecito acá, se me ha ido
deteriorando la dentadura y de qué manera.
La edad, las peleas con la vida y la última emigración al Serengueti que me
pasó toda entera por encima pisoteándome mientras cruzaban el río ¿Pa qué negarlo? Y ha
llegado el momento en los que no hay nada que me pueda llevar a la boca, todos
son: ay, ay y más ay, no sé por qué lado
masticar, cuando encuentro algo, todo
está duro, frío…
¡Siéntese aquí! Ponga
la cola hacia allá con cuidadito de no darle a la lámpara que nos quedamos a
oscuras y que yo me pueda arrimar al sillón y a ver cómo nos apañamos y se
coloca usted de manera que pueda abrir la boca y no me tire al suelo lo de las
estanterías.
- Uy,
uy, uy, ¡Por Dios! ¡Qué
barbaridad! Está esto fatal…. ¿Cómo
me ha dicho que se llama? -
- See Yoo Later Alligator, como la canción, pero llámeme “Aligeitor” a secas, que es como me llaman los
amigos y que no suene a cachondeo.
- Después de un exhaustivo examen visual… -
Mire usted Sr. Aligeitor, tiene la
boca mal, bastante mal, como dirían en mi tierra: “ faraté” y “pa larrastre”,
hay que sanear caries a manojitos, sacar unas cuantas de piezas dobladas y rotas arriba y otras tantas abajo, matar algún que
otro nervio, por no decir otra cosa, colocar un puente a lo “Eiffel”, un
raspado en el cielo de la boca, entablillar
la quijada y hasta hacer limpieza de
telarañas que veo al fondo… ¿Hace días que no comemos verdad amigo Aligeitor?
Me vine de África buscando aunque fueran chicles por mascar, aquello cada
día está peor: mucha calor, muchísima;
con lo del cambio climático… para freírse oiga; poca agua, el Mara allí en
Tanzania ya no es lo que era, con los
documentales de la 2 se ha puesto de
moda y allí cualquiera “acue”, en las orillas hay que pedir tanda para
arrimarse, llegado el momento “tor mundo
quiere silla en La Campana”, cada vez
menos bichos cruzando el río… ellos también andan mal y han aprendido con la
globalización… Las cebras, antílopes, gacelas… con linternas cruzando de noche o cuando ven
la oportunidad y a los ñus y búfalos le han hecho una pasarela
los anti taurinos… mecagonlalessshe con
tanto “defensor”, sin contar que en cuanto te descuidas cualquier “furtivo”
hace contigo un bolso, que eso es otra y
ahora aquí, cuando pensé que andaba a salvo de tanta penuria llegó la crisis y
las miraditas de reojo por ser de fuera y algo distinto… ¿tanto se nota?
Na más que una mijita. -Dijo el dentista “quitando hierro” al asunto-
… se están poniendo las cosas… y además con la boca en “plan derribo”… cuando pillo algo tampoco puedo mascar. ¡Qué
ruina! Cómo ha cambiado la vida en na… con lo que yo he sido Dr.
¿A mí me lo va usted a decir? Cuando me fui a la mili, yo soy de Écija, me tocó al Aaiún ¿Hablaba usted de calor no? Y me afeitaba con una gaseosa, se me puso el
pellejo como el suyo de lavarme con agua salá y un taco de jabón verde que me regaló una novia que tenía entonces… luego cuando me vio de dentista cogió miedo y
me dejó… no era pa mí, pa que le voy a contar. Como me tiraba este
oficio, empecé arreglando dientes a los mulos y caballos y entre unos y otros
fui metiendo poquito a poco algún que otro quinto, hasta que dejé las bestias y
terminé averiguándole media boca a un sargento reganchao… sin contarle los bocaos y las patadas que pillé, luego en el pueblo fui sacando cuatro dientes y caries a dita,
cambiándome de vez en cuando de barrio claro y aquí estoy. Todo se supera en la vida si hay
fe Aligeitor.
Bueno hablando del “trillo boca
arriba” que tenemos delante. Recomponer todo
esto tiene tela, tarea y dificultades… ¿Comprenderá que su boca no es normal? Ni siquiera la experiencia en el
Sahara creo que me sirva, pero bueno,
afrontaremos este combate calando
bayoneta y entraremos “a sangre y fuego”… “cortando coj… se aprende a capar amigo”
¿No lo veo muy convencido Dr.?
Aligeitor, me pasa como a Curro Romero, matar, a mí no me
gusta matar, pero no se preocupe
cocodrilo, cruzará esa puerta como Aníbal los Alpes, triunfante y con
una sonrisa que ni el más capillita en Domingo de Ramos.
Seamos claro ¿Cuánto se quiere
gastar?
En confianza, no dispongo de
economía en condiciones, hace poco que crucé el Estrecho por Tarifa y he venido
a su consulta, porque me dijeron que aquí en España al que viene desesperado le
ayudan.
¡Ahhh
claro! Que es usted extranjero, entonces no se preocupe,
esto es una balsa de aceite Aligeitor, yo le hago presupuesto-factura y lo lleva a la Asistencia Social de su
ayuntamiento y verá cómo se arregla todo. Implantes fijos a lo mejor no, pero
le pongo un “puente” que dejamos en
pañales a Santiago Calatrava.
Y salió el buen animal cruzando una desértica salita de espera (la gente es así de tiquismiquis y se empaña
con na) silbando a lo Kurt Savoy: El
bueno, el feo y el Malo.
Montero Bermudo.
Matando moscas en
primavera 2.017
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