campiña ecijana

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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Sueños descontrolados


Volverán algunos ecijanos
          Esta mañana sin encender siquiera la luz, salté de la cama como un resorte y con el susto en el cuerpo salí del dormitorio dando tropezones, mi perrita, alarmada y muy nerviosa me seguía  ¿Ande va eeeeste…?  En chancletas, con la bata arrastrando, bastante  afectado y con el semblante hasta descompuesto,   aparecí por el cuarto de baño después de una noche extraña y llena de pesadillas presto y dispuesto  ante el espejo buscándome a mí mismo, con el ánimo de aclarar algo sobre  el desconcierto que portaba en la cabeza,  procurando mientras tanto, no llevarme en la confusión el labio de arriba con el afeitado.
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           ¿Dónde va tanta gente camino de  la estación? 
           Preguntaba a unos y a otros,  mientras me tomaba un cafelito  sentado en un velador en la terracita de La Tertulia, allá en la Avda. de los Emigrantes.
          -Se van fuera, para el norte. -
          ¿Cómo que para el norte? 
          Si, por lo visto ha salido una ley nueva en Bruselas que toda esta gente se tiene que ir una temporada fuera del pueblo; en su lugar, previo riguroso examen, traerán otros que llevan  media vida por ahí lejos soñando con volver; esos vienen sufridos, preparados,  con ganas y harán algo positivo por Écija, ya que estos, está más que visto que ni hacen ni dejan hacer.  Está  cambiando todo bastante, hoy en día no pintan mucho los Ayuntamientos ni los Gobiernos, ahora se deciden las cosas desde la Unión Europea; a ver si así funcionamos.
         Por mitad de la calle subían hacia la estación un tropel de gente de toda clase y condición. Iban cargados con maletas, bolsos y paquetes al hombro, pero lo que más me llamaba la atención era su semblante; discurrían en silencio, unos cabizbajos y apesadumbrados, sosteniendo su melancolía y abatimiento, mientras otros,  con la mirada al frente  soportaban inertes su orgullo y altivez, pensando quizás que en el disimulo no se vería ni el deshonor,  ni  el desprestigio al que eran sometidos con aquel derrocamiento ¡Valiente babiecas! Lo hacían en grupos, por familias, vecindario, afines en ideales o creencias,  gremios  e inclusos vi algunos solos sin entenderse con nadie…  por orgullo o por vergüenza, prefieren no juntarse ni entre ellos.
         Todo aquello  me recordaba esa joya  que escribiera Vélez de Guevara…  
           A la altura del séptimo tranco, cuando  desaparecieron de Écija D. Cleofás y el Diablo, antes de  que  los “ministros ecijanos” fueran a “sacudirles el polvo y batanarles el cordobán”… salieron de allí “levantando el Cojuelo una polvareda de piedra de azufre” hasta dar con su “raspa” en un pradillo al pie de  la cuesta de Carmona, donde les pilló la noche.
          En mi sueño  no me sobresaltó ningún estruendo de clarines ni cabalgaduras, yo asistía incrédulo y asombrado al desfile que iniciara mi particular “Casa de la Fortuna”, la que no era otra que un inmenso acopio de ilusiones pendientes, desde el más revuelto de los sueños.   
         ¡Mira, mira!  Esos tres o cuatro son familia de D. Fulano y aquellos otros que vienen al lado son de D. Mengano,   los de  D. Zutano, un poco más separados vienen detrás, pero como siempre se han llevado regular por discordias con las lindes de las tierras y las avaricias,  no se juntan  ¡Quien los ha visto! Con los dineros que tienen, las casas, cortijos, las tierras…
          Ya ves, todo eso se lo quitan, solo pueden llevarse lo puesto y alguna muda.
          Seguro, son muy orgullosos y se creen los amos de todo. Esto les irá bien para que aprendan un poquito de humildad, además sabrán lo que es andar perdido por el mundo sin nadie que te vea como uno de los suyos y el día que los dejen regresar, comprenderán la alegría que se siente cuando se cruza el Puente sobre el  rio mirando  la Torre de Sta. Ana entre las palmeras de la plaza y se les caerán dos lagrimones como peras de agua  sentado en Puerta Osuna comiéndose un “triste” mollete o una torta de manteca.
          Eso si los dejan volver, que esa será otra.  Aquí siempre han hecho lo que les ha parecido presumiendo de ecijanos…  ¿Qué han hecho ellos? Las torres,  los palacios, las iglesias y sus muchas obras de arte;  las tierras, el clima, el Genil y su agua,  el sol y todo aquello que dio gloria a Écija  ya estaban aquí cuando ellos vinieron al mundo. Va siendo hora de que alguien ponga remedios y reparta  justicia.
          Buenoooo, hasta esos curas se van…  lo veo y no lo creo.
          ¡Claro!  ¿Dónde estaban la mayoría de esos, cuando tanta criatura desesperada por el hambre, dejaba atrás lo suyo y metido en aquellos trenes del desespero  salía  camino de los infiernos a buscarse el pan? ¿Cuántas veces preguntaron preocupados por  ellos?  Pues ecijanos son…
          ¿Y esos otros, no estaban antes en el Ayuntamiento?
          Sí, quemando y hundiendo, lo tenían tan bien montado que nadie podía con ellos…   les daban el bocadillo a la “claca” a cambio de la “tierra prometida” y tenían los votos y la carta blanca asegurada  ¡Bendita ignorancia!  Ni sufren ni sienten, pero muchos veo que van con ellos también…   siguen como  “espulga bueyes”. Como esos de allá que son del otro partido y aquellos que vienen mirando al suelo que andaban en la oposición…   que miren, que miren, más baches han dejado en los ánimos de muchos que los que ven ellos en el suelo.
          Yo, entre la conversación de los que me rodeaban, que por lo visto andaban buscándose la vida por fuera como tantos andamos y el desfile o peregrinación tan extraño como esperpéntico y grotesco al que atendíamos, no cabía en el pellejo.
          Algunos conocidos de hermandades pasaban sin mirar hacia donde estábamos,  capillitas y “ronda curas” que nos miran por encima del hombro cuando venimos en Semana Santa y que cuando te saludan, solo lo hacen para que colaboremos en  sus “grandezas”  (ahora llamado también “postureo”) más temiendo quizás en repartir lo que creen que solo a ellos pertenece y que  abochornados, se las verán en adelante sin su medalla por esas tierras donde no los conocerá nadie… ni ganas. Ahora   aprenderán a llorar mirando a su Cristo o a su Virgen en una estampa casi a escondidas por no molestar ni “ofender” a quien los rodee. Veremos entonces  si son tan creyentes como otros muchos sí hemos demostrado.
         Pasa otro grupo interminable y estirado a lo largo de la calle, donde quise reconocer algún vecino del barrio; sindicalistas  “maltrabajas” de siempre, más otros tantos que llevan en el paro desde antes que se inventara, los que siempre creen ofenderte desde su maliciosa ignorancia tachándote de  “bacia-alacenas” y que no es más que el flash  mismo del auto retrato que se hacen. Ellos, “lastimitas” apuntados a la sopa boba, parásitos del sistema  que por pobres de conveniencia creen tener patente de corso para auto nominarse ecijanos de verdad, por encima de aquellos, que cargados de querencias a la tierra volvemos una y mil veces  trayendo amor para todos y algo de divisas. ¡Qué lástima! Ahora se van a enterar y demostraran desde donde les toque si quieren a Écija o se olvidan como hacían aquí. 
          Aquella “romería” no paraba: unos, otros y otros, unos cuantos más y más…   no van a caber en el tren y eso que lo han puesto especial agregándole unos pocos de vagones más…  
          ¡Espabilaros que pita el tren!  Que pita el tren, que pita, que pi… que son las siete y pita el despertador…   mecagonlalessssshe; el tren que hace más de 40 años que se fue   ¡Ojú qué cabeza!
         - No se debe de cenar tan fuerte, el mollete que me trajeron del pueblo, además de  la manteca “colorá  con asaura”  me ha tenido toda la noche…  de todas formas tengo la duda si me ha dejado peor la pesadilla o darme cuenta que todo lo visto ha sido un sueño. -
Montero Bermudo
S. Juan Despi,  22 Diciembre de 2.016
 

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