Volverán algunos
ecijanos
Esta mañana sin encender siquiera la
luz, salté de la cama como un resorte y con el susto en el cuerpo salí del
dormitorio dando tropezones, mi perrita, alarmada y muy nerviosa me seguía ¿Ande va eeeeste…? En chancletas, con la bata arrastrando,
bastante afectado y con el semblante
hasta descompuesto, aparecí por el cuarto de baño después de una
noche extraña y llena de pesadillas presto y dispuesto ante el espejo buscándome a mí mismo, con el
ánimo de aclarar algo sobre el
desconcierto que portaba en la cabeza, procurando mientras tanto, no llevarme en la
confusión el labio de arriba con el afeitado.
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¿Dónde va tanta
gente camino de la estación?
Preguntaba a unos y a otros, mientras me tomaba un cafelito sentado en un velador en la terracita de La
Tertulia, allá en la Avda. de los Emigrantes.
-Se
van fuera, para el norte. -
¿Cómo que para el norte?
Si, por lo visto ha salido una ley
nueva en Bruselas que toda esta gente se tiene que ir una temporada fuera del
pueblo; en su lugar, previo riguroso examen, traerán otros que llevan media vida por ahí lejos soñando con volver; esos
vienen sufridos, preparados, con ganas y
harán algo positivo por Écija, ya que estos, está más que visto que ni hacen ni
dejan hacer. Está cambiando todo bastante, hoy en día no pintan
mucho los Ayuntamientos ni los Gobiernos, ahora se deciden las cosas desde la
Unión Europea; a ver si así funcionamos.
Por
mitad de la calle subían hacia la estación un tropel de gente de toda clase y
condición. Iban cargados con maletas, bolsos y paquetes al hombro, pero lo que
más me llamaba la atención era su semblante; discurrían en silencio, unos
cabizbajos y apesadumbrados, sosteniendo su melancolía y abatimiento, mientras
otros, con la mirada al frente soportaban inertes su orgullo y altivez,
pensando quizás que en el disimulo no se vería ni el deshonor, ni el
desprestigio al que eran sometidos con aquel derrocamiento ¡Valiente babiecas! Lo
hacían en grupos, por familias, vecindario, afines en ideales o creencias, gremios e inclusos vi algunos solos sin entenderse con
nadie… por orgullo o por vergüenza,
prefieren no juntarse ni entre ellos.
Todo aquello me recordaba esa joya que escribiera Vélez de Guevara…
A la altura del séptimo tranco, cuando desaparecieron de Écija D. Cleofás y el Diablo,
antes de que los “ministros ecijanos” fueran a “sacudirles
el polvo y batanarles el cordobán”… salieron de allí “levantando el Cojuelo una
polvareda de piedra de azufre” hasta dar con su “raspa” en un pradillo al pie
de la cuesta de Carmona, donde les pilló
la noche.
En mi sueño no me sobresaltó ningún estruendo de clarines
ni cabalgaduras, yo asistía incrédulo y asombrado al desfile que iniciara mi
particular “Casa de la Fortuna”, la que no era otra que un inmenso acopio de
ilusiones pendientes, desde el más revuelto de los sueños.
¡Mira, mira! Esos tres o cuatro son familia de D. Fulano y
aquellos otros que vienen al lado son de D. Mengano, los de
D. Zutano, un poco más separados vienen
detrás, pero como siempre se han llevado regular por discordias con las lindes
de las tierras y las avaricias, no se
juntan ¡Quien los ha visto! Con los
dineros que tienen, las casas, cortijos, las tierras…
Ya ves, todo eso se lo quitan, solo
pueden llevarse lo puesto y alguna muda.
Seguro, son muy orgullosos y se creen
los amos de todo. Esto les irá bien para que aprendan un poquito de humildad,
además sabrán lo que es andar perdido por el mundo sin nadie que te vea como
uno de los suyos y el día que los dejen regresar, comprenderán la alegría que
se siente cuando se cruza el Puente sobre el
rio mirando la Torre de Sta. Ana
entre las palmeras de la plaza y se les caerán dos lagrimones como peras de
agua sentado en Puerta Osuna comiéndose un
“triste” mollete o una torta de manteca.
Eso si los dejan volver, que esa será
otra. Aquí siempre han hecho lo que les
ha parecido presumiendo de ecijanos…
¿Qué han hecho ellos? Las torres,
los palacios, las iglesias y sus muchas obras de arte; las tierras, el clima, el Genil y su
agua, el sol y todo aquello que dio
gloria a Écija ya estaban aquí cuando ellos
vinieron al mundo. Va siendo hora de que alguien ponga remedios y reparta justicia.
Buenoooo, hasta esos curas se van… lo veo y no lo creo.
¡Claro!
¿Dónde estaban la mayoría de esos, cuando tanta criatura desesperada por
el hambre, dejaba atrás lo suyo y metido en aquellos trenes del desespero salía camino de los infiernos a buscarse el pan? ¿Cuántas
veces preguntaron preocupados por ellos? Pues ecijanos son…
¿Y esos otros, no estaban antes en el
Ayuntamiento?
Sí, quemando y hundiendo, lo tenían tan
bien montado que nadie podía con ellos…
les daban el bocadillo a la “claca” a cambio de la “tierra prometida” y
tenían los votos y la carta blanca asegurada ¡Bendita ignorancia! Ni sufren ni sienten, pero muchos veo que van
con ellos también… siguen como “espulga bueyes”. Como esos de allá que son
del otro partido y aquellos que vienen mirando al suelo que andaban en la
oposición… que miren, que miren, más
baches han dejado en los ánimos de muchos que los que ven ellos en el suelo.
Yo, entre la
conversación de los que me rodeaban, que por lo visto andaban buscándose la
vida por fuera como tantos andamos y el desfile o peregrinación tan extraño
como esperpéntico y grotesco al que atendíamos, no cabía en el pellejo.
Algunos
conocidos de hermandades pasaban sin mirar hacia donde estábamos, capillitas y “ronda curas” que nos miran por
encima del hombro cuando venimos en Semana Santa y que cuando te saludan, solo lo
hacen para que colaboremos en sus
“grandezas” (ahora llamado también
“postureo”) más temiendo quizás en repartir lo que creen que solo a ellos pertenece
y que abochornados, se las verán en
adelante sin su medalla por esas tierras donde no los conocerá nadie… ni ganas.
Ahora aprenderán a llorar mirando a su Cristo o a su
Virgen en una estampa casi a escondidas por no molestar ni “ofender” a quien
los rodee. Veremos entonces si son tan creyentes
como otros muchos sí hemos demostrado.
Pasa otro grupo interminable y
estirado a lo largo de la calle, donde quise reconocer algún vecino del barrio;
sindicalistas “maltrabajas” de siempre,
más otros tantos que llevan en el paro desde antes que se inventara, los que
siempre creen ofenderte desde su maliciosa ignorancia tachándote de “bacia-alacenas” y que no es más que el
flash mismo del auto retrato que se
hacen. Ellos, “lastimitas” apuntados a la sopa boba, parásitos del sistema que por pobres de conveniencia creen tener
patente de corso para auto nominarse ecijanos de verdad, por encima de
aquellos, que cargados de querencias a la tierra volvemos una y mil veces trayendo amor para todos y algo de divisas. ¡Qué
lástima! Ahora se van a enterar y demostraran desde donde les toque si quieren
a Écija o se olvidan como hacían aquí.
Aquella “romería” no paraba: unos,
otros y otros, unos cuantos más y más…
no van a caber en el tren y eso que lo han puesto especial agregándole
unos pocos de vagones más…
¡Espabilaros que pita el tren! Que pita el tren, que pita, que pi… que son las
siete y pita el despertador… mecagonlalessssshe;
el tren que hace más de 40 años que se fue ¡Ojú
qué cabeza!
- No se debe de cenar tan fuerte, el
mollete que me trajeron del pueblo, además de la manteca “colorá con asaura” me ha tenido toda la noche… de todas formas tengo la duda si me ha dejado
peor la pesadilla o darme cuenta que todo lo visto ha sido un sueño. -
Montero Bermudo
S. Juan Despi, 22 Diciembre de
2.016
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