Estoy coladito por Ella.
Hoy a solas dimos un paseo por el
parque, era temprano y el personal andaba todavía remoloneando engullido por
las sábanas, en esas condiciones anda uno más relajado y a gusto, que no con
tanto mirón. Marchábamos tranquilos, charla que te charla… bueno en realidad soy yo el que hace de parlanchín, voy tan emocionado que a
veces pierdo la consciencia y no me doy cuenta y antes que ella me responda ya
ando a la descarga con otra “porción de mi conferencia” o parrafada; ella me
mira fijamente a la cara, escucha y asiste.
Terminamos colocados en un banco bajo los árboles, a gustito como enamorados y entretenidos viendo como el sol se colaba de lado entre los
troncos y en forma de rayos como linternas de acomodador de cine nos iluminaba
los pies al cruzar delante nuestro; los “pericos” regaban los parterres de las
plantas mientras los pájaros revoloteaban alrededor y al acecho de cualquier bicho viviente. La
vida es posible con la muerte, le dije a mi compañera mientras con las yemas de
los dedos le acariciaba bajo la barbilla y me besó la mano, aunque quizás
entendió algo extraño en mis apreciaciones; yo sonreí y para quitarle “hierro” a la “profundidad” de mi teatro,
levanté su barbilla y la besé en la frente ¿Quién te ha de querer más que yo? Le dije con
la mirada puesta en esos profundos y brillantes ojos color de una mezcla de
aceituna y castaña pilonga con miel, que cuando se queda fija mirándome me
cautiva.
Algún que otro transeúnte, madrugador como nosotros, al pasar nos miraban y con sonrisa algo
irónica y diría yo que hasta maliciosa (la gente lo critica todo) nos daban los
buenos días. Yo lo comprendo, una persona de mi edad, casado y con hijos
grandes ahí sentado a esas horas tan
tempranas y ya dándole a la “sin hueso” con ese ahínco… he salido del armario yo también, no tengo
ni idea de las consecuencias, pero sé por seguro que es lo mejor, las cosas se
ha puesto de moda decirlas claras y a la cara con la cabeza levantada. Ya no me
importa lo que digan ni me quita el sueño aquello que puedan pensar ni de mí ni
de ella. Sin dejar de querer a la de siempre ni a nuestros frutos, la
quiero a esta también y por encima de
quien sea no la dejaré. Ello no ha de restar nada de lo que yo sienta por los
demás… más bien al contrario.
Cuatro años ya de nuestro encuentro y de la declaración por mi parte de
unas intenciones que han de pasar por lo más bonito de nuestras vidas: vivirlas
juntos. Tiene una carita preciosa, unos ojos que en su profundidad me pierdo,
el pelo ensortijado color castaño oscuro, anda como Nuréyev cruzando el gran escenario del Bolshói y cuando la veo
contenta y sonriente, que son la mayor de las ocasiones… contagia vida y su encanto me inyecta
savia.
Se llama como la luna y hoy, he decidido que esto, lo nuestro, ha de
saberse y lo haré público sin cortedad alguna. Ya no me tapo más.
Lola te quiero guapetona. Es mi perrita.
Montero Bermudo.
S. Juan Despi, 7 de agosto de
2.016
Muy dulce como siempre piro sentimiento
ResponderEliminarMuy dulce como siempre piro sentimiento
ResponderEliminarEs una declaración de amor en toda regla, soy grandecito de edad, pero en el fondo muy niño y todo por empezar. Así que he decidido salir del armario Silvia y vivirlo sin tapujos. Gracias por entenderme, tú si que tienes sentimientos.
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