Ni en Carnaval es serio el personal
Me acabo de cruzar con Franco… se queda uno de piedra con estas
impresiones. Iba con mi perrita de paseo, todas las tardes como es normal la
llevo a dar su vueltecita para que haga sus necesidades, lo mismo que por las
mañanas. Hasta ahí todo normal, pero por lo visto hoy no lo es, lo de normal me
refiero y mientras dejaba pasar un grupo
de gente joven que iban canturreando y de risas, detrás, a unos pocos de metros…
¡Quieta Lola! No te muevas, no vayas a
ladrar, quedé pegado a la pared como si fuese a pasar un coche pisando charcos… ¡Buenassss! Me dijo el personaje en cuestión con cara de
mucha guasa y saludándome brazo en alto ¡Vaya usted con Dios! Conseguí responder,
no más, pero sin levantar yo el mío, hasta ahí podríamos llegar, mientras, me
desabrochaba el último botón y que linda con el cuello.
Miré alrededor con cara de asombro,
yo estaba embobado con las cosillas de mi perrita y esto me pilló de sorpresa y
me di cuenta que andaban de risas unos pocos en la acera de en frente. Mecagonlalesssshe…
se me escapó un suspiro por lo bajini, claro porque anduve listo y como los
camaleones modifiqué el semblante disimulando, pues no me he asustado con la
edad que tiene uno ya para estas cosas.
Un poquito más adelante y aunque
todavía con el pellizco en la barriga, algo recuperado del susto se cruza ante
mi perra y yo la Pantera Rosa… ooooohh,
con lo que me gustó siempre el personaje
y Frank Monster y unos pocos de gatos y gatas muy salados, cada uno con su
gracia… como son los gatos; el Oso Yogui
con su corbatita y su canasto junto con otro igual, pero más chiquito y unos
pocos de presos con su trajes a rayas ¡Lagarto lagarto! Que dirían tantos que
hoy irán también disfrazados, aunque no salgan en la “Rua” y un grupito de
cuatro o cinco curas y monjitas, con cruces que algunos ni podían con ella,
como en la vida real y monstruos, muchos monstruos ensangrentados y cabeza en
mano… el Carnaval lleva a veces la
realidad más cerca de la cuenta, pero en el fondo termina uno hasta por reírse.
Continuábamos nosotros nuestro paseo
acera adelante, mientras la música de no sé dónde nos llegaba y más gente,
tirando papelillos y serpentinas y tocando el pito y yo con mi Lola cogida cada vez más corta
porque el animal terminó mosqueándose de tantas caras raras y posiblemente de
ver que ni yo andaba a derechas mientras me fijaba con detenimiento en un par
de ratitas con sus cortas falditas de lunares, su lazo, el rabo que les asomaba bajo unas faldillas
cortas, cortas… con el frío que hace ¡Venga
hombre! – Me dijo un cachondo conocido – estate atento a la perra y no te
distraigas que tú no llegas ya ni a gato.
Cuando lo pille el próximo día ya me
explicará que me ha querido decir con tanta ironía. De momento dábamos el paseo
por terminado y nos volvíamos para casa, mi perrilla pegando saltitos y husmeando
a todo “bicho viviente” y yo recordando parte de lo visto y con el soniquete del
“cara al sol” de aquellos tiempos de cuando
chico metido en la cabeza… ¿Será
posible que no sea uno serio ni en Carnaval?
En fechas del Carnaval
2015
Montero Bermudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario