Mi mejor amiga
En este archivo-estantería donde
he pretendido ir colocando a “mi gente”, mis amigos a los que quiero y de cuya
amistad presumo ¿Cómo ha de faltar Ella?
Posiblemente la más perdurable en el tiempo, pues no en vano se cumplen en
estos días cuarenta y cinco años en el que dimos comienzos esa amistad mutua,
la que deseo en el alma sea de por vida.
Es posible que en momentos ande
hartita de mí, por pesado y quisquilloso, por mandón y sabelotodo, por terco,
por indomable y por muchas cosas más, pero me quiere y en el fuero interno de
su consciencia tiene clarísimo que ando loco por Ella, porque lo mío va en
serio, siempre lo fue y la quiero también
y porque sigo enamorado como el primer día y Ella lo sabe porque me conoce.
Así que colocada la “instantánea”
que refleja los principios de esa amistad y que tan bonitos recuerdos me trae
de cuando, presumiendo (como siempre) de mi pueblo, la llevé por primera vez a
Écija para que conociera mis raíces, mi cuna, mi pueblo, mi gente… lo que en el devenir de los tiempos un
poquito serían también de Ella, como su Utrera lo es mío, porque todo aquello
que tenga que ver algo con su persona me pertenece.
En los cuarenta y cinco
años de una amistad.
Montero Bermudo.
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